¿Qué signos clínicos presenta el PIF?
El PIF tiene manifestaciones clínicas muy diversas, por lo que no existen signos clínicos asociados que sean patognomónicos de la enfermedad. La forma más clásica de la enfermedad, llamada “PIF húmedo” se caracteriza por la acumulación de líquido amarillento en la cavidad abdominal (lo que provoca distensión de la misma) y/o torácica (derrame pleural, que da lugar a dificultad respiratoria). Sin embargo, la presencia de este fluido no es diagnóstico exclusivo de PIF, amén de que gran número de casos de PIF no presentan ningún acúmulo de líquido en cavidades. Los síntoma iniciales son inespecíficos y muy vagos, como por ejemplo letargia y pérdida de apetito.
Algunas formas de enfermedad cursan con lesiones inflamatorias en los ojos ó en el sistema nervioso, lo cual provoca alteraciones en la visión y problemas de comportamiento, andares temblorosos ó tremores. La enfermedad suele progresar de forma rápida y el desenlace es fatal.
¿Puede tratarse el PIF?
Una vez que se desarrollan los signos clínicos de PIF, se trata de una enfermedad incurable y fatal. El tratamiento se aplica para mitigar los síntomas y es a base de antiinflamatorios y estimulantes del apetito. Aunque hay un puñado de artículos anecdóticos que sugieren algún éxito con el tratamiento a base de nuevos antivirales, los estudios realizados no han demostrado ningún beneficio con este tipo de medicamentos. En la mayoría de los casos, la eutanasia es la decisión más humana para evitar el sufrimiento del animal.
Fuente: Gemfe